27 de junio de 2015

City of dreams

Recuerdos, todo lo que queremos se queda en recuerdos....

Lo último que podemos llegar a notar es nuestra cara de completos idiotas que se nos queda al pensar que todo se ha quedado en un simple recuerdo minimizado al máximo...

A veces esos recuerdos en cuestión de días no nos vuelven a molestar, otros puede que se quieran quedar de vacaciones un rato más.

Cuando nos aferramos a algo con fuerza, cuando depositamos toda nuestra confianza en alguien que pensamos que jamás nos va a dejar, cuando apostamos todo al mismo número, cuando nos creamos un mundo alrededor de algo que pensamos que jamás se va a desmoronar, llega la mala suerte.



Y qué hacemos en ese momento de improvisto, nos desmoronamos, andamos perdidos y confusos, pensamos que la vida ya no tiene sentido para nosotros y la pereza viene tan ancha a instalarse como okupa.



Esos recuerdos, esas largas noches de risas y alegrías, de mimos y besos, de momentos inolvidables, de escapadas y de momentos que son totalmente nuestros, esos recuerdos nos martillean la cabeza, hace que nos duela el corazón, que se nos salten las lágrimas, ya sean de alegría o de total tristeza, esos recuerdos que antes tenían vida propia, pero que ahora solo son eso, recuerdos, algunos con cicatriz, otros simplemente con un mal trago.



No dejemos que el pasado nos gane la batalla, porque el pasado qué es sino que un saco que nos pesa lleno de recuerdos, no dejemos que el pasado nos ciegue el presente y el futuro, no dejemos que el pasado nos prohíba la entrada a cosas nuevas y que tal vez sean inolvidables.



No dejemos que el miedo nos haga retroceder ante novedades, no dejemos que el miedo nos cierre las puertas de volver a querer, de volver a sentir, de volver a amar, no dejemos que el miedo nos quite la vida que está por llegar.



La vida es una ciudad de sueños, de promesas, de oportunidades, y no podemos volcarnos solo en el lado oscuro del mundo, porque el sol siempre está ahí y nos hará ver todo lo que tenemos a nuestro alrededor.



El mundo no se acaba porque nos hayan roto el corazón, el mundo no se acaba porque tengamos un mal día en el trabajo, el mundo no se acaba porque haya perdido nuestro equipo, el mundo no se acaba porque alguien nos traicione, el mundo se nos acaba en el momento en el que dejamos de luchar por nosotros mismos, por nuestro futuro.



Y aunque todo se quede en recuerdos, por muy dolorosos que sean, siempre vendrán otros que acaben por ser vida y no recuerdos.





Laura Rivas Alvarez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario