26 de mayo de 2011

Improvisaciones y demás.

Y otra vez,
otra vez cáigo en los recuerdos,
cual droga que te incita a caer en la tentación que esconde en su interior,
ese misterioso núcleo de placeres y fantasías,
los que me brindaba tu simple compañía.
La llegada de muchas cosas,
inciertas, o muy ciertas,
cambios o rutinas,
hacen que me sienta atolondrada,
Y la calma que respiro por mis poros,
se vuelve a escapar al recordar.
Ojalá esos recuerdos,
demasiado claros para llamarlos recuerdos,
ya que me parece como si los estuviera viviendo en carne propia de nuevo,
se marchen con el último tren al olvido,
ese olvido tan efímero,
que querría que se quedase para siempre,
para siempre, asentado en mi cabeza,
como si fuera mi única cura,
como si fuera la única solución.
En cierta parte,
no sabría como agradecerlo,
vuelvo a ser yo misma,
vuelvo a ver la vida como cuando era más consciente de las cosas,
vuelvo a poder cometer un error y levantarme y aprender de él,
vuelvo a reírme de mis defectos, de mi misma,
vuelvo a tener en cuenta a la gente, a ayudarles en lo que pueda.

Y aunque tuviera ganas de recibir algo a cambio de la vida,
no espero nada, ningún acontecimiento, ningún hecho, ni ninguna sorpresa.

Tan solo, ahora,
me limito a vivir el momento.

El destino que dicte sentencia
y que lo que tenga que venir que venga,
que aquí espero sentada,
sea lo que venga,
que yo ahora llevo el timón de mis días
hacia nuevos horizontes,
hacia aguas mas calmadas y tranquilas,
donde pueda aclararme del todo,
poder aflorar mi verdadero yo agusto,
y si vienen tempestades antiguas o nuevas,
que vengan,
siempre habrá una relativa calma después de ellas.

Y si tráen consigo una lluvia de recuerdos,
recuerdos de él,
recuerdos de personas que se fueron,
recuerdos que me hacen daño,
que descuiden,
que aunque ahora solo sepa calmarlos,
acabaré aprendiendo a doblegarlos y,
finalmente,
acabaré lanzandolos al mar
y que se los lleve el,
a la deriva,
lejos de mi.

El volver a pensar será otra nueva etápa.


 

Laura Rivas Alvarez.

10 de mayo de 2011

Me bastaría con un cruce de palabras..

Silencio, silencio total en mi mente...
Nada tiene que ver la situación de mi corazón,
grita, grita y no para de gritar su nombre,
no para de preguntar el porqué,
el porqué de los hechos recientes y no tan recientes.

Se preguntá porqué la mente es así de traicionera,
porqué trata de buscar un fin malo para todo,
porqué cuando se acaba algo ella olvida todo lo demás,
alejando todo para centrarse en lo sucedido,
sin darse cuenta de las personas que me rodean y me quieren.

La mente calla, el corazón llora,
así van las cosas dentro de mí,
el constante ir y venir del dolor en el pecho,
el silencio monótono que se a posado en mi cabeza,
solo algunos recuerdos tímidos asoman de vez en cuando,
por el balcón de mi conciencia,
el corazón parece ser el que manda,
el dictador de las palabras que tanto repiquetea,
a la vez que los latidos tan seguidos cuando me da esa sensación,
esa sensación de caer al gran vacío que él está dejando tras de sí.

¿Cómo me he de sentir?
¿Bien, mal?

Eso solo me lo hará saber el tiempo,
pero por otro lado quiero saberlo ya,
quiero saber el motivo real,
el juego en el que me vi metida,
ese juego que se a transformado en mi realidad,
y de mi realidad a pasado a ser mi carga.

Quiero saberlo todo,
y a la vez nada.

¿Y qué hago yo ahora?
¿De cuál me fio?
¿De mi cabeza?¿De mi corazón?

No sé si me volverán a traicionar,
no sé si volveré a traicionar,
no sé si me volverán a querer,
no sé si volveré a querer.

Me gustaría saber,
en un cruce de palabras,
tán solo un cruce,
lo que él siente.

Aunque lo que es cierto,
es que algún día de estos,
tarde o temprano cuando lo decida el tiempo,
mi corazón suplantará aquellos tejídos que han sido dañados,
aquellos tejídos que han quedado inservibles y sin su dueño,
aquellos tejídos que son mi propio cariño y mi propio afecto,
aquellos tejídos que sepan valorar y cuidar.

Esa es mi prioridad ahora...


Laura Rivas Alvarez.

2 de mayo de 2011

Life our suicide.

Y que me queda en esta vida,
cuando me doy cuenta de la noche a la mañana de que,
todo por lo que a latido mi corazón se a esparcido como polvo en el aire,
de que ahora no soy más que un cadáver para los buitres a los que solo les interesa comerme,
de que gente a la que quieres cambia de un día para otro y solo marchan contigo por tu interés,
de que estoy sola en vida y que preferiría la muerte antes que nada,
de que suicidarse pasa de ser una locura a la realidad de mi día a día,
por muy fuerte que suene es así.

Puede que suene egoísta,
puede que suene egocéntrico,
puede que suene a locura en mi cabeza,
pero es lo que siento y segundas opiniones no me importan ahora.

A lo mejor es que mi labor aquí en vida concluyó,
a lo mejor es que mi hora llegó y tengo que ser yo misma,
la que decida cuando acabar y cómo,
a lo mejor soy yo la que tenga que decidir el momento de que mi
corazón deje de latir y en la manera en que lo sea.

Pero que puedo decir, estoy enterrada en vida,
mi corazón está parado desde aquel momento en que me di cuenta,
en que me di cuenta de que no merece la pena seguir por nada,
ni por nadie ni por cualquier momento en el que se haya vivido.

Ahora mismo me pregunto,
¿Para qué e venido a este puñetero mundo?
¿Porqué sino otro a tenido que morir si yo me lo merezco el doble o el triple?
¿Porqué no me a matado algo o el tiempo?
¿Porqué tengo que ser así y no como me gustase o como de verdad soy?

Son preguntas que rondan mi cabeza desde hace tiempo,
espero que se corte como mi piel sea cortada,
como mi corazón sea cortado y como mi mente sea cortada,
para repartirse entre toda la gente que quiere verme sufrir,
para que vean que han conseguido lo que querían,
para que vean lo débil que he sido.

Solo estaré bien si muero en vida.



Laura Rivas Alvarez.