12 de abril de 2012

Junglas de cristal.

Prados verdes en los que recorría sus densos senderos.
 Caminando por junglas de cristal ahora estoy.
Siento como mis pulmones se van inundando de un aire sucio por cada bocanada de aire que doy. 
Siento que la vida se me escapa de las manos como un puñado de arena. 
Necesitaba el abrazo de la luna y ella no me lo dio, rompí su reflejo en el agua en mil pedazos. 
Lloré y lloré porque la noche me había robado el último atisbo de luz, de esperanza, de calor humano que solo me proporciona la persona amada.
Ahora caminando sola estoy, por junglas de cristal en una noche eterna donde los borrachos amanecen cada día como si no hubieran pasado de la embriaguez, donde la gente va y viene mandados por una causa de un rol del destino, donde las materias cambian a placer del tiempo.
Esto no es un juego, si no te lo curras es un despido infortuíto, sin finiquitar.



Laura Rivas Alvarez.