29 de junio de 2011

Un marinero en el desierto.

Navegando por olas doradas,
sin rumbo fijo al que ir,
perdido entre las dunas va,
se le fue de las manos, se le fue de las manos.

Echa de menos el pensar en algo que le llenara,
echa de menos el agua, la lluvia, las nubes,
su timón se rompió por culpa de sus errores pasados,
se le fue de las manos, se le fue de las manos.

Las dunas le invaden la vista,
espejismos lejanos confunden su ser,
no sabe cuando verá la playa, 
no sabe cuando la verá a ella,
se le fue de las manos, se le fue de las manos.

El calor le consume poco a poco,
su corazón se va alejando de lo real,
no le quedan fuerzas y pronto estará a la deriva,
se le fue de las manos, se le fue de las manos.

Ahora se arrepiente de haberse adentrado en un mundo donde no debía,
se arrepiente de haber dejado a todo lo que amaba,
a todo lo que añora,
a todo lo que le da una gota de esperanza,
se le fue de las manos, se le fue de las manos.

Marinero del desierto,
sin brújula y sin aparejos,
con su barco de papel navegando por las dunas,
¿Porqué te metistes aquí?
Ahora te ves atrapado,
sin salida y muy pronto,
naufragarás.

Se te ha ido de las manos, se te a ido de las manos
y todo por tentar al capricho del destino,
se te ha ido de las manos.

Laura Rivas Alvarez.

26 de junio de 2011

Verano.

Calor, vacaciones de nuevo,
largos atascos,
recuerdos que van y vienen,
arrepentimientos de últma hora,
noches importunadas por una suave brisa,
melancolía tan cercana.

Las ganas de irse muy lejos se disparan,
de no saber nada y de mezclarse con la arena,
tirarse en la playa y dejar que el sol envuelva la piel.

Salidas sin motivo solo para ver a esa persona,
demasiado tiempo libre,
sueños desvelados,
ilusiones que se desvanecen al pensar.

Meterse en un ambiente desconocido,
espiar y observar,
olvidarse de lo cotidiano en un respiro,
dejar que todo lleve su curso,
casi siempre es mejor.

Y es que reiniciar tu vida,
es de las cosas que más cuestan en el mundo.

¿Alguna vez os habéis preguntado como sería si todo hubiera sido distinto?
Si es así,
¡Genial!
 esa es mi pregunta de cada día.




Laura Rivas Alvarez.

15 de junio de 2011

La morfina es la propia vida.

Me despierto, abro los ojos,
es un día cualquiera,
en el que me doy cuenta de lo que me estoy perdiendo,
y de lo que estoy ganando.

No han sido tiempos muy buenos,
dependía de la opinión de segundas personas,
mi sensibilidad se había triplicado por momentos,
me volví una estúpida.

¿Y para qué gastar palabras en escribir errores y lamentos?
Creo que ahora no sirve para nada.

Ahora e crecido como persona,
ahora sé lo que tengo delante de mis ojos
y detrás,
a mis espaldas.

Y me hago la tonta, 
una y otra vez,
porque sé muy bien dónde están los términos entre ser malo
y ser bueno,
acontecimientos en la vida, antiguos y no tan antiguos me hicieron verlo,
tal y como es,
ese profundo vacío que muchas personas no saben apreciar 
y que se aprovechan de ese vacío a su antojo.

Y que digan lo que quieran,
que quien mejor que yo me voy a conocer a mi misma.
Y que juzguen cuanto quieran,
porque sé muy bien como me a cambiado toda esta ensalada de problemas.

Lo perfecto siempre acaba aburriendo,
ay se encuentra lo atractivo del ser humano,
los defectos.

Si la perfección existiera, 
este mundo sería un completo aburrimiento.

Enamorarse de la perfección,
es como enamorarte de un fantasma,
porque por muy creíd@ que se sea,
porque por muy bien que se vea uno mismo,
siempre habrá defectos
y esos defectos son los que de verdad deberían de enamorar,
siempre y cuando no sean demasiado XD

Ahora que llega la vida,
y hay tanto por hacer,
que llegan los buenos tiempos,
las vacaciones,
no sabría por donde empezar,
porque todo es tan sumamente atractivo que,
acaba por confundirme,
confundirme, 
pero para bien.




Laura Rivas Alvarez.

8 de junio de 2011

Mirando a la luna.. ¿Se consigue algo?

Estoy más que harta de estar en fase ''zombie'' todo el día,
de no comer apenas,
de llorar y llorar todas las noches,
como si ya de por sí no estuviera cansada de sacar agua salada por mis ojos,
como si fuera la típica estúpida de las películas, que, encima queda fatal delante de los demás,
de no salir ni siquiera una noche a pasarmelo bien,
antes podía remediarlo porque no me daba cuenta del todo,
ahora es totalmente perceptible lo que pasa.

Y es verdad que todo lo demás me importa una mierda,
o me importa demasiado,
nunca asta ahora había experimentado tantos cambios de humor juntos en mi personalidad,
nunca, repito.

Parece que por momentos controlo mi vida, 
mi razón y lo más difícil, mi corazón,
pero no es verdad,
luego más tarde me doy cuenta de que es una falsa fachada.

Es verdad que las malas temporadas cambian a las personas,
aunque la opinión sea la misma para los demás,
yo me he conseguido encerrar a cal y canto en mi misma,
y tarde o temprano tendré que salir pero, 
no sabía que costara tanto habituarse a los nuevos horizontes.

Las riendas de mi vida las tengo yo, aunque a veces se me marche de las manos,
pero, otra cosa muy distinta es quien tiene mi corazón y mi razón.

No creo que importen mucho mis palabras,
mis súplicas o mis llantos,
se quedarán en el aire como todo lo que se quedó atrás,
es natural, forma parte de esta puñetera vida.

Y todas las veces que me he quedado mirando a la Luna,
si, ¿Curioso verdad?
A parte de las personas a las que quiero, mi familia, mis amigas y algunas personas de confianza,
que han sabido ayudarme mucho,
la Luna me calma, me aporta claridad con su luz,
también sabe ayudarme en cierta forma.
Cada vez que tuve problemas la miré a ella y siempre,
siempre,
conseguí una solución por muy raro que parezca,
pero ahora es distinto,
la miro y ella no me responde, ni siquiera con sus dulces rayos plateados,
es como si por culpa de todo esto que estoy sintiendo no pueda ver nada más,
lo único que consigo es volcarme en los demás, lo que no quiere decir que no me haga feliz,
todo lo contrario,
pero es que volcarme en mi  misma es imposible.

Puede que haya mentido en muchas cosas y en otras tantas,
y que ahora es demasiado tarde para poner la verdad en contra de ellas pero,
digo yo que habrá salida de todo esto,
aunque esa salida no me guste ni la quiera tomar.

Y lo peor es que siento que no me da miedo dejar mis sentimientos al descubierto,
como si me diera igual que me hicieran daño,
o que se aprovechen de mi,
o que me digan cosas,
es como si solo sintiera dolor o alegría cuando veo algo relacionado con lo que me pasa,
y por eso he llegado a caer en la más desoladora tristeza.



Laura Rivas Alvarez.