Navegando por olas doradas,
sin rumbo fijo al que ir,
perdido entre las dunas va,
se le fue de las manos, se le fue de las manos.
Echa de menos el pensar en algo que le llenara,
echa de menos el agua, la lluvia, las nubes,
su timón se rompió por culpa de sus errores pasados,
se le fue de las manos, se le fue de las manos.
Las dunas le invaden la vista,
espejismos lejanos confunden su ser,
no sabe cuando verá la playa,
no sabe cuando la verá a ella,
se le fue de las manos, se le fue de las manos.
El calor le consume poco a poco,
su corazón se va alejando de lo real,
no le quedan fuerzas y pronto estará a la deriva,
se le fue de las manos, se le fue de las manos.
Ahora se arrepiente de haberse adentrado en un mundo donde no debía,
se arrepiente de haber dejado a todo lo que amaba,
a todo lo que añora,
a todo lo que le da una gota de esperanza,
se le fue de las manos, se le fue de las manos.
Marinero del desierto,
sin brújula y sin aparejos,
con su barco de papel navegando por las dunas,
¿Porqué te metistes aquí?
Ahora te ves atrapado,
sin salida y muy pronto,
naufragarás.
Se te ha ido de las manos, se te a ido de las manos
y todo por tentar al capricho del destino,
se te ha ido de las manos.
Laura Rivas Alvarez.