15 de junio de 2011

La morfina es la propia vida.

Me despierto, abro los ojos,
es un día cualquiera,
en el que me doy cuenta de lo que me estoy perdiendo,
y de lo que estoy ganando.

No han sido tiempos muy buenos,
dependía de la opinión de segundas personas,
mi sensibilidad se había triplicado por momentos,
me volví una estúpida.

¿Y para qué gastar palabras en escribir errores y lamentos?
Creo que ahora no sirve para nada.

Ahora e crecido como persona,
ahora sé lo que tengo delante de mis ojos
y detrás,
a mis espaldas.

Y me hago la tonta, 
una y otra vez,
porque sé muy bien dónde están los términos entre ser malo
y ser bueno,
acontecimientos en la vida, antiguos y no tan antiguos me hicieron verlo,
tal y como es,
ese profundo vacío que muchas personas no saben apreciar 
y que se aprovechan de ese vacío a su antojo.

Y que digan lo que quieran,
que quien mejor que yo me voy a conocer a mi misma.
Y que juzguen cuanto quieran,
porque sé muy bien como me a cambiado toda esta ensalada de problemas.

Lo perfecto siempre acaba aburriendo,
ay se encuentra lo atractivo del ser humano,
los defectos.

Si la perfección existiera, 
este mundo sería un completo aburrimiento.

Enamorarse de la perfección,
es como enamorarte de un fantasma,
porque por muy creíd@ que se sea,
porque por muy bien que se vea uno mismo,
siempre habrá defectos
y esos defectos son los que de verdad deberían de enamorar,
siempre y cuando no sean demasiado XD

Ahora que llega la vida,
y hay tanto por hacer,
que llegan los buenos tiempos,
las vacaciones,
no sabría por donde empezar,
porque todo es tan sumamente atractivo que,
acaba por confundirme,
confundirme, 
pero para bien.




Laura Rivas Alvarez.

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